Atardecer nació en 1972 de la unión de varios músicos provenientes de grupos de Vicálvaro. José Luis (el bajista) y Vicente (teclados) procedían de una banda llamada Géminis II, que habían formado con 14 años junto a Antonio Cabrera y Dioni (batería), quien a su vez también militaba en el grupo de música progresiva Poder. Posteriormente se suman José María (voz) y Javi ‘El Niño’ (guitarra), de 14 años, que se había fogueado en la Tuna de Vicálvaro. Remata el plantel José Luis ‘Josefo’, técnico de sonido y el ‘pipa’ del quinteto. Así ve la luz Atardecer. Todos ellos eran rabiosamente jóvenes, con edades que comprendían desde los 14 hasta los 18 años.
Los inicios fueron muy duros por las penurias económicas. Todos pertenecían a familias humildes, sin recursos. Pese a que eran unos adolescentes, trabajaban y entregaban el sueldo en casa. Adquirir instrumentos y el equipo necesario para realizar conciertos era harto complicado debido al altísimo precio de todos estos objetos. La única solución fue acudir a la segunda mano y recolectar dinero en rifas y guateques.
Una vez alcanzado ese objetivo, se lanzaron a la aventura de tocar ante el público. Aparcaron sus gustos personales para acometer un repertorio popular, con rumbas, pasodobles y, sobre todo, las canciones del verano y de moda en esos momentos. Tampoco faltaban versiones de los Rolling, de la Creedence, de Santana, de Free, de Status Quo, de Deep Purple y de Led Zeppelin. Un sacrificio que les abrió las puertas a actuaciones en las fiestas de los pueblos de la Comunidad madrileña, que proporcionaban generosos ingresos. Intercalaban canciones propias y se labraron un importante nombre en su zona de influencia, llegando a erigirse en ídolos en localidades del Jarama como Mondéjar, Carabaña, Tielmes, Orusco y, sobre todo, en su patria chica, Vicálvaro, donde eran unas celebridades.
Adquirido este nuevo status, afrontaron la compra de instrumentos de calidad para dar un salto y transformar su sonido para tener cabida en discotecas, salas de fiestas e incluso plazas de toros. Supuso un punto de inflexión que anunciaba grandes cosas. Firmaron un contrato para tocar en un crucero de lujo que les llevó a Inglaterra, Canarias, Jamaica, Venezuela y Trinidad y Tobago. Fueron 50 días inolvidables ya que algunos ni siquiera habían visto el mar.
Ese viaje, casi una epopeya, refrendó las aspiraciones de la banda. Les sirvió para cerciorarse de que llegaban a gentes de diferentes nacionalidades. Como curiosidad, en los camarotes del barco por aguas caribeñas compusieron ‘Escúchame’, inspirada en una canción de Trafic que habían escuchado en Trinidad y Tobago.
De vuelta a tierra, a casa, devoraron un intenso verano repleto de bolos y compromisos. Fueron la antesala de la posibilidad de grabar su primer –y a la postre- último disco. La cara A, ‘Oh María José’, era el hit más conocido por sus seguidores e incluso era versionado por otras orquestas. Para la cara B habían asignado el tema ‘Atardecer’. Pero Manuel Rodríguez Nevado, el productor, les convenció para no incluir dos composiciones melódicas semejantes. Les recomendó algo con más fuerza. Ahí rescataron ‘Escúchame’.
Con ese single editado por el sello Fase en 1974 como credencial, disfrutaron de un año maravilloso, cargado de conciertos y de ilusiones. El despegue de Atardecer se antojaba imparable. Pero, como sucedió con tantas bandas de la época, el servicio militar se cruzó en su camino y dinamitó sus esperanzas. En octubre de 1975 Vicente fue destinado al Sáhara, en abril de 1976 José María fue enviado a Almería y en junio de 1976 José Luis a Pontevedra. Dionisio, que era el mayor, quedó exento, y Javi era demasiado pequeño. El sueño se desvaneció.
01. Oh María José
02. Escúchame
