Podría decirse que “Candy Valley” confirma una nueva etapa que ya se atisbaba en My Friends Are Dead (2016), marcada por un sonido lo-fi y una actitud artística que supone una vuelta total al más puro indie noventero. Autogestión, perfil bajo en el mass media y una envidiable y disfrutona filosofía vital del Do It Yourself.
Grabado en Los Ángeles junto a Izak Arida de the Memories (también recordamos su inolvidable concierto en la Lata de Bombillas y cómo bailaban en primera fila Borja y Clarín), los aires Burger Records inundan un álbum que capta perfectamente la esencia de ese sonido California y psicodelia pop que actualmente abandera gente como Mac de Marco, Montero o Juan Wauters, a su vez combinado con influencias más noventeras como Yo La Tengo, Grandaddy o Spoon. Todo ello agitado por un Bigott que sigue conservando ese punch melódico totalmente identificable a primera escucha.
1. Strangers by The Wall
2. Don´t Know Why
3. Don’t Stop The Dance
4. Atmosphere
5. Take It Easy
6. Moving On
7. No Farelo
8. Walk In The Hood
9. Stranger Eyes