Los provocadores del rock underground de Atlanta, Black Lips ya tienen nuevo álbum. Con un toque sureño sin complejos, la colección de doce pistas marca el coqueteo más pronunciado del quinteto con la música country hasta el momento, con un sonido metálico y una armonía que son inconfundiblemente el sonido y la sensación inimitables de Black Lips. Si bien el canto y la interpretación son más sofisticados, Black Lips estaba decidido a volver a las raíces del sonido crudo que marcaron sus primeros trabajps. Grabado y coproducido con Nic Jodoin en los legendarios y reabiertos Valentine Recording Studios de Laurel Canyon (que acogieron a Beach Boys y Bing Crosby antes de cerrar en 1979) sin Pro-Tools y otra tecnología contemporánea, la banda lanzó el álbum directamente a cinta de forma rápida y económica, lo que resultó en su colección de canciones más lúgubre, peligrosa y mejor desde hace años.
Al igual que The Byrds, que coquetearon con la estética pastoral antes de hacer todo lo posible con la salida radical que fue Sweetheart of The Rodeo, Black Lips ha estado bordeando los límites del país desde “Sweet Kin” y “Make It” desde su debut homónimo. Pero evitando la seriedad de Graham Parson, Black Lips tiene cuidado de no insinuar autenticidad, sabiamente incursionando en su romance rústico no fingido con la conciencia de sí mismo de Bob Dylan “You Ain’t Goin Nowhere”, de los Rolling Stones “Dear Doctor” o The “Lonesome Cowboy Bill” de Velvet Underground.
La evolución estilística de la banda y el enfoque maduro de la musicalidad y la escritura se deben, en parte, a los cambios sísmicos en la formación que han experimentado durante la última media década. Agotado después de una década de prolíficas giras y grabaciones, el guitarrista Ian St Pé dejó el grupo en 2014, seguido poco después por el baterista original Joe Bradley. La joyera / actriz (y ahora musa de Gucci) Zumi Rosow, cuyo saxo skronk, estilo extravagante y presencia salvaje en el escenario habían aumentado el equipo antes de la partida del dúo, asumió un papel más importante en la escritura y la actuación en su ausencia. Pronto, el baterista Oakley Munson de The Witimony trajo un nuevo ritmo de fondo y una armonía vocal de acompañamiento única al redil. El año pasado, el quinteto lo completó el guitarrista Jeff Clarke de Demon’s Claws. La asociación recién forjada, todos los cuales colaboran como compositores, vocalistas e instrumentistas, ha dado nueva vida a su sonido. El resultado es similar al resplandor de las noches impulsivas y salvajes en las que te encuentras dando dos pasos hacia lo desconocido.
A1 Hooker Jon
A2 Chainsaw
A3 Rumbler
A4 Holding Me Holding You
A5 Gentleman
A6 Get It On Time
B1 Angola Rodeo
B2 Georgia
B3 Odelia
B4 Dishonest Men
B5 Locust
B6 Life Fast Die Slow