Mientras que el álbum autotitulado de L.A. Witch rezumaba ambiente y atmósfera, con toda la mezcla envuelta en reverberación, situando a la banda en un reino distante, transmitido a través de un abismo de tiempo desconocido, Play With Fire sale disparado por la puerta con un rockero audaz y descarado, “Fire Starter”. El autoritario comienzo es una deliberada declaración de intenciones. “Play With Fire es una sugerencia para hacer que las cosas sucedan”, dice Sánchez. “No temas a los errores ni al futuro. Arriésgate. Di y haz lo que realmente sientes, aunque nadie esté de acuerdo con tus ideas. Son sentimientos que me han frenado en el pasado. Quiero inspirar a otros para que sean librepensadores, incluso si eso provoca una pequeña quemadura”. Y por esa línea de razonamiento, “Fire Starter” se convierte en una llamada a la acción, un himno contra la apatía. A partir de ahí, el álbum da paso a una canción rockera igual de potente, “Motorcycle Boy”, una canción de amor muy animada inspirada en forajidos del cine clásico como Mickey Rourke, Marlon Brando y Steve McQueen. En la tercera pista, oímos a L.A. Witch adentrarse en nuevos territorios cuando “Dark Horse” despliega una mezcla de folk de la cuenca del polvo, breakdowns psicodélicos y líneas de órgano de fuego y piedra. Y a partir de ahí, la banda se vuelve más aventurera. Play With Fire es un nuevo y audaz viaje que conserva la mística de canción de sirena de L.A. Witch, el espíritu nostálgico y la frescura contemporánea. A pesar de la amplitud estilística del disco, hay un timbre unificador a lo largo de las nueve pistas del álbum, como si el trío de jóvenes músicos estuviera unido como un colectivo de almas viejas que aprovechan los sonidos de su anterior juventud. Edición vinilo 180 gramos.
A1 Fire Starter
A2 Motorcycle Boy
A3 Dark Horse
A4 I Wanna Lose
B1 Gen-Z
B2 Sexorexia
B3 Maybe The Weather
B4 True Believers
B5 Starred
