Música del mediterráneo y tintes poéticos brotan desde el alma hasta los oídos en Canciones de amor y odio, Vol.2.
La circuitería que compone a LEONE se reafirma en esta nueva colección de canciones con la personalidad que, tras la madurez compositiva de Jesús Canet (guitarra eléctrica, acústica y voz) y el bagaje de los excelentes músicos que le acompañan Manuel Cahuchola (bajo), Juan Pérez (guitarra) y Jesús Alonso (batería), vuelve a regalarnos una magistral colección de emociones, sentimientos, amores, desamores o recuerdos a los amigos que ya no están.
Frágiles composiciones envueltas en canciones que llegan para quedarse. Estribillos pegadizos, guitarras que se pueden cantar, líricas de gran carga emocional y actitud rebelde. Con la chulería nada amenazante de estos cuatro músicos curtidos en mil batallas, tanto musicales como nocturnas, este nuevo disco nos brinda amplias influencias que van desde el desierto almeriense, en donde nacen las raíces de la banda, hasta la fragilidad del bolero, pasando por el rock crudo y castizo de letras que bailan en una simbiosis de contrastes musicales que por momentos se antojan poderosos, dulces o solemnes.
Canciones que denotan valentía, en las que LEONE, sin perder ni un ápice de su personalidad, se atreve a explorar nuevos parajes.
Mención especial a los grandes músicos y amigos que han colaborado en diferentes canciones aportando vientos (Borja Paz), contrabajo y coros (Sergio Feria), voces femeninas (Marina Repion), palmas y coros (David Baldo).
A destacar canciones como “Grita fuerte mi corazón” o “José el barquero” sentidos homenajes a Txema Tormento y José Ruíz Mateo “Rantan”, amigos de sangre que ya no están, con los que brindaron mil botellas y mujeres. “La fiebre del oro”, western etílico narrado a golpe de blues bastardo y pantanoso. “Yo no tengo nada” lamento coplero a ritmo de bolero. “En las ramas de un olivo”, donde coquetean con el flamenco rock más grasiento, de voz cazallera y actitud punk. “Transparente”, rock erótico, de absorbente devoción, de tintes opiáceos y obsesivo ritmo psycho-espacial. “Quiérete más”, que incluye dos versiones diferentes para vestir una declaración de principios liviana de equipaje. “El corazón” que grita desde una balada de ensueño que nos mece al ritmo cálido del amor. “Me esconderé en una canción”, inocente invitación cabaretera y circense de tintes dixie o jazzy de la que nunca querrás salir. O “A ti”, versión low-fi del gran Joe Dassin.
En definitiva, un disco que funciona como la cara B del volumen 1, con otro puñado de canciones de amor y odio que nacieron para ser escuchadas y que consolidan al grupo como uno de los mejores compositores del panorama de la música rock en castellano.
DEDICADO A LOS QUE SE FUERON Y A LOS QUE NOS QUEDAMOS. Uriel Galán