Es un placer anunciaros que arrancamos Discos Madmua con Maronda, una banda valenciana con tres elepés en su haber y que derrocha una sensibilidad y un talento compositivo admirables. Uno de esos secretos que esperamos que muy pronto dejen de estar guardados para ser paladeados por un público creciente. Andan sobrados de potencial y de himnos. En su discografía se adivina una sugerente querencia por algunas de las estancias más soleadas de los 60. Desde Los Pasos a Los Ángeles, su influencia se filtra por las rendijas de unos temas tan rotundos como afilados.
Para confeccionar este iniciático DM001 hemos tomado prestadas dos de las gemas de su repertorio. ‘La recriminación’ deslumbra y desarma desde su aparente sencillez, con un brillante diálogo chico-chica con el desamor y la partida como telón de fondo. ‘Improvisado’ no precisa adjetivación ni mayores presentaciones. Es un hit. Sólo eso, que es mucho. El menú se completa con ‘Ángela’, una canción inédita que Pablo Maronda guardaba en su arcón de creaciones en espera del momento adecuado. Una cara B con categoría de A que completa un trío de ases excepcional. Desde que Pablo Maronda nos la mostró y sugirió, ‘Ángela’ se ha incrustado en nuestra colección de favoritas. Es, sin duda, la melodía que vertebra este disco tan exultantemente bello. Un verano pretérito, una chica y una playa; un baile eterno y una despedida. Los ingredientes de un cóctel removido con los sonidos más soleados de los 60 ibéricos. Un himno que ha venido para quedarse. Para añadirle romanticismo, sólo podrá adquirirse en este vinilo, en analógico como proclama Pablo.
Completa este círculo virtuoso el arte, que corre -y correrá- a cargo de Óscar Sanmartín, el diseñador de todos los discos de El Niño Gusano, y un genio tan humilde como desbordante en su clarividencia. Incorporarle a nuestro universo es un lujo que nos llena de gozo y que promete emociones. Un arte que se disfruta por la vista y por el oído, pero que también se comprende mejor de la mano de su autor. A continuación podéis leer un texto en el que reflexiona sobre su creación.
“La imagen de la mujer-hoja era un antiguo boceto dibujado hace más de veinticinco años y que se perdió para siempre en algún momento que no soy capaz de precisar. En aquel tiempo dibujaba ese tipo de cosas y la gente siempre me decía: ‘Eso no es arte, es ilustración’. Pasé mucho tiempo hasta que entendí lo que querían decirme, o mejor diría, hasta que me cargué de los prejuicios suficientes como para entender lo que me querían decir. Después de veinticinco años, sin saber exactamente el por qué, se me ocurrió que esa idea, ingenua, trasnochada y seguramente poco artística, sería perfecta para ilustrar la portada de un single como ‘Ángela’. Es curioso que, después de un cuarto de siglo, reconozco que vuelvo a no tener nada claro qué querían decirme entonces, con lo de: ‘Eso no es arte, es ilustración’. Quizás lo mejor de todo sea que esa cuestión, por suerte, a estas alturas ha dejado de importar…”.
A1. Improvisado
B1. La recriminación
B2. Ángela
