En la historia de la cultura afro-colombiana, Son Palenque es sin duda un grupo aparte, y su historia se sitúa en el corazón mismo de la música ancestral palenquera y de la unión musical entre África y Colombia que ocurrió en la costa caribeña en las décadas de los setenta y ochenta y llega hasta hoy, en el interior del movimiento champetúo.
Los miembros de Son Palenque crecieron en una comunidad fijada en el tiempo, con profundas raíces musicales, duelos entre tamboreros y una profusión musical legendaria de músicos tradicionales que dejaron sentadas las bases de la música afro-colombiana de hoy. Más tarde todos se mudaron a la ciudad y fueron buscando su sitio. La historia de este disco empieza una noche, una noche cualquiera en un picó del barrio Pablo VI, en la ciudad de Cartagena. Era la época dura de la psicodelia afro-costeña, de la música africana y de un sinfín de fusiones musicales inéditas. Emocionados por tremenda rumba que compartieron hasta el amanecer, mecidos por el ruido ensordecedor de los parlantes y de las placas del picó, cuatro amigos se van a las playas de Marbella e improvisan una rumba musical; el uno agarra una lata de cerveza, el otro un pedazo de palo, Justo Valdez canta sus bellas melodías y la magia de la música palenquera crece con mística frente a las aguas del inmenso mar. “Allí nació el grupo Son Palenque”, recuerda con nostalgia y emoción Justo Valdez. Enrique Tejedor y Luciano Torres en los coros, su hermano Tomás Valdez en el tambor alegre, Pánfilo Valdez como segunda voz líder…
Poco a poco el grupo se empieza a consolidar. La primera oportunidad llega en 1980, cuando graban su primer sencillo para el sello Fonobosa. Dos años más tarde graban de nuevo para el mismo sello un larga duración con Estefanía Caicedo, y a continuación el grupo graba dos LPs para el sello CBS: “La arepa asá” y “Los trotamundos del sabor”, con la producción de Willie Salcedo y la ingeniería de sonido de Alfonso Abril. Estos discos serían grabados en los estudios Unisón de Barranquilla. Posteriormente el grupo firma con el sello Felito Records, en Barranquilla, que durante la década de los 80 produjo las más finas perlas de la psicodelia y la música Afro-roots de la época. Con Felito Records empieza una nueva etapa para el grupo. Para Félix Butrón, patrón del sello discográfico, graban los LPs “Ane Jue” y “African Erotic”, con la ingeniería de sonido de Eduardo Dávila y la participación de grandes músicos como Michi Sarmiento en el saxo, Abelardo Carbonó (guitarra) y su hermano Abel en el bajo, entre otros. Estos dos LPs marcan un hito en la música afro-colombiana: por primera vez nos muestran la música tradicional palenquera, la chalupa, el bullerengue, lumbalú y otros ritmos tradicionales con arreglos musicales modernos con bajo, guitarra y saxo en discos de una factura extraordinaria.
A mediados de los años 90, la escena musical sufre cambios considerables. Empieza el declive de la industria del acetato, llegan nuevas técnicas de grabación digital, secuenciadores y efectos que cambian para siempre el destino de la música. Son Palenque se queda sin contrato discográfico y Justo Valdez empieza a grabar temas como solista para la naciente industria de la champeta criolla.
En 1999 Son Palenque graba para el sello Palenque Records el tema ‘Kumina’, junto con el guitarrista Sekou Diabate, líder del legendario conjunto Bembeya Jazz (Guinea Conakry). Posteriormente graban para el mismo sello y con la producción de Lucas Silva el disco “Ma Kamajan ri Musika ri Palengue” (“Kamajanes de la música palenquera”), publicado en diciembre de 2012, que marca la resurrección de la agrupación folclórica. Así, Son Palenque sigue tocando y sonando, 30 años después de su fundación, y le queda un gran futuro por delante. Han pasado por varias épocas de la música a través del tiempo y siempre regresan innovando y rompiendo esquemas, con la profundidad de sus raíces, su legado y maestría en la composición de canciones, maestros en la concepción de un universo musical único.