Un coqueto souvenir festivo que con el punch de surf hogareño de la inicial ‘Sin ti no hay navidad’, y sus guitarras surcando el espumillón entre el jangle pop, los modos de Dick Dale y la brisa hawaiana, aúpan al oyente con la batería y los coros destilando un aire a High-school de fiesta con ponche incluido. La pandereta inicia con candor de adviento el melancólico vals, de ‘Navidades sin ti’, donde, en un reverso doliente de la cara A del disco, las luces de la ciudad no pueden competir con el pesar del amor perdido. Aquel que no sabemos si volverá a casa por Navidad.
A. Sin ti no hay Navidad
B. Navidades sin ti