“Siempre hay buena música en San Francisco, sólo que nunca oyes hablar de ella hasta que alguien, en algún otro lugar, por fin presta atención”. The Telephone Numbers y sus contemporáneos viven en los diminutos espacios entre las casas adosadas de los barrios periféricos de San Francisco. Se les puede oír rasguear con seriedad a través de amplificadores de ensayo baratos ahogados probablemente con demasiada reverberación e intentando crear sonidos ambiciosos sin ambiciones profesionales y con pocos recursos. Estas bandas rara vez eran invitadas a tocar en los locales más grandes de su propia ciudad cuando importaba. Tenían sus propios conciertos íntimos dondequiera que pudieran mendigar espacio, y eso es quizá más divertido. Thomas Rubenstein pertenece al 100% a esta subcultura de frikis del disco y rentistas, que frecuentan estudios en dormitorios y espacios de ensayo en garajes húmedos por la niebla. Escribe canciones de amor trágico que tiran del power-pop clásico y del indie de los 80/90. De hecho, tiene un tatuaje de Teenage Fanclub y es raro que no esté escuchando Prefab Sprout o algún otro pop desgarrador de camino a ganarse el sueldo por hora. Reclutó a toda una serie de amigos para que le ayudaran a hacer The Ballad of Doug, que puede o no ser un álbum conceptual sobre el ascenso y la caída de los Gin Blossoms. Los toques de violín, las capas de guitarra y los coros elevados hacen que parezca algo más que un disco de bricolaje, y lo es. Estas canciones son dignas de aparecer en algún festival histórico o en las listas de éxitos, pero por ahora puedes soñar con el vinilo en tu cubierta o el Bandcamp a todo volumen en tu teléfono”. Glenn Donaldson.
A1 You’re Nowhere
A2 Oh, Pretender
A3 Ballad Of Doug
A4 Sunset Town
A5 Pictures Of Lee
B1 Kaleidoscope
B2 Cards They Show U
B3 Curtains Close
B4 I Don’t Wanna Cry (The Keys Cover)
B5 Open The Door
